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martes, 4 de diciembre de 2012

PEÑA YOAR : 1.421 MTRS.

Ascensión invernal, con gran sabor alpino a esta montaña de la sierra de Codés, llamada Yoar.
El punto de partida es en el Santuario – Hospedería de Codés, cuya altitud oscila según las fuentes que consultemos entre los 718 msnm y los 622 msnm.
Lo mismo ocurre con la Peña Yoar, que en función de la fuente consultada, su altitud oscila entre los 1.414 msnm y los 1.421.
Así el desnivel será de entre 700 a 800 mtrs, lo que sirve para hacerse una idea.









En Abril del 2011 ascendimos mi hermano y yo a esta montaña,  por la canal que da paso al collado de La Plana, y se me quedó muy gravada la espectacularidad de esta vía para una invernal. Por ello, tras las fuertes nevadas de la semana, decidimos volver este domingo para ascenderla de nuevo, aunque cualquier parecido con la primera es anecdótico.
La montaña nos recibe con un aspecto que infunde respeto, muy cargada de nieve y con unos nubarrones que descubren tan sólo la mitad inferior de la misma. Parece que la jornada será para disfrutar y para recordar.
Tras llegar al Santuario de Codés, nos pertrechamos y pertrecho a Bimba también. No se mueve un pelo de viento, con lo que no sentimos frío, se está bien y hay ganas.
Rodeamos el monasterio por la izquierda según el sentido del ascenso, nos liamos un poco con tantas pistas, sendas… hasta que damos con la buena. Comenzamos a subir por pista, que se va estrechando hasta convertirse en senda.
Me pongo los crampones ya desde aquí y vamos para arriba. Más tarde paramos a quitar algo de ropa y a poner crampones Mario y David. Este último estrena crampones y se estrena él mismo en estas lides.
Ya divisamos el arranque de la canal, custodiado por el enorme gendarme que parece controlar quien entra a sus dominios… Vamos para arriba con decisión y ganas, qué gozada ¡!
Mucha, mucha nieve… más de la que esperábamos, y en peores condiciones de lo que hubiéramos deseado… demasiado blanda. Nos espera buena paliza.
A mitad de ascensión veo que la perra va sufriendo lo suyo y decido meterla en la mochila y subirla yo… pobrecilla, ni se menea en todo el rato.
En algunos tramos, al hundirte te metías hasta la cintura, con lo que calculo que el paquete de nieve era de entre 1 m y 1,20 m, una pasada.
Salimos al collado de La Plana. Nos cruzamos con unos chicos que bajan ya de la cima y comentamos con ellos la sorpresa de encontrar tanta nieve.
Sin más dilación giramos a nuestra izquierda y nos metemos en el robledal que antecede la cima. Estaba sencillamente precioso, pero no hicimos fotos. A algunos robles gigantescos se les habían roto algunas  ramas por el peso de la nieve, e imagino los fuertes vientos soportados. Especialmente había uno enorme abierto por la mitad de forma longitudinal, que era sorprendente. Atravesamos el robledal en unos 15 min. y salimos arriba, donde se encuentra la antena. La niebla no permite ninguna vista del entorno, pero da igual porque no es la parte más bonita de la montaña, con ese antenón… Una ráfaga de viento da el susto del día a Mario y David, porque caen los enormes témpanos de hielo que se forman en la estructura metálica, sin consecuencias, pero uno de ellos te dejaría como un pincho moruno…
Como sabemos dónde se encuentra el vértice geodésico de la otra vez, nos dirigimos hasta ese punto. Si no lo conociéramos, creo que con esa niebla ni lo hubiéramos buscado.
Una fotito y para abajo.
Paramos en el bosque a beber y tomar un bocado y bajamos por el mismo camino hasta abajo.
Ciertamente, nos dejó un gran sabor de boca esta jornada. Es una ascensión invernal de obligado cumplimiento si eres de la zona. Las fotos no tienen una calidad buena porque son de teléfono, ya que se me olvidó la cámara, pero ilustran suficientemente el ambiente y las condiciones de la montaña.

Hasta otra.

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