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lunes, 25 de junio de 2018

LURIEN : 2.820 MTRS.

Punto Inicial : Lac De Fabregas…………1.250 msnm. Lurien : 2.826 msnm. Desnivel y horario : 1.576 metros en 8 horas contando estancia en cima y comida . Llevábamos bastante tiempo queriendo ascender esta montaña, incluyendo un intento en que tuvimos que desistir, porque al salir del bosque, la niebla era muy espesa y nos dimos la vuelta. Y la verdad es que si bien la ascensión es dura por el importante desnivel que hay que salvar, y en esta ocasión porque aún conservaba bastante nieve y ese hecho le añade un punto extra de esfuerzo, hay que valorar tanto el precioso valle que transitaremos, como la belleza del Lac de Lurien, como sobre todo, las impresionantes vistas que regala su cumbre. Salimos desde la orilla misma del Lac de Fabregas a las 8h en punto de la mañana. La entrada al bosque está un poco escondida porque se le ha caído el cartelito que indica el Col de Lurien, y ahora sólo queda una chapita con el nº4. Se empieza pronto a avanzar entre helechos y en nada entramos en el bosque. En el bosque se remontan 400 metros, es exigente para empezar y de gran belleza. Está bastante clara la ruta y en esta ocasión tenemos que cruzar el torrente que baja del valle superior y las montañas. Lo cruzamos intentando no mojarnos demasiado, aunque a ratos vamos haciendo equilibrios sobre las rocas del cauce, o sobre el agua ya que el caudal no deja mucho sitio para pasar. Un curioso hito marca la salida del bosque. La piedra que lo corona está en un llamativo equilibrio sobre las de la base. Lo fotografío. Salimos del bosque. Llevamos 40 minutos. Ya tenemos ante nosotros el valle que hemos de ascender y las cumbres al fondo, con el Lurien encima de todo. Esta parte es la más amable de todo el recorrido, no hay mucho desnivel y la sendita se hace cómoda. Pasamos junto a una primera caseta de labores pastoriles, donde un montón de vacas descansan aún tumbadas por los alrededores. Llevamos 1h y 15 minutos. Seguimos para arriba. Sabemos que el próximo referente es la caseta metálica apuntalada con tablones. También llegamos hasta aquí en 1 h. y 45 mins. Entramos a curiosear y vemos que está en un estado de dejadez bastante acusado, aunque en un momento de apuro puede ser vital como refugio. Muy poco después alcanzamos un ibón, ( un charco más bien...). En principio dudo si se trata del Lac de Lurien, pero me parece muy pequeño y poco bonito para lo que esperaba. De todos modos ponemos las bebidas isotónicas a enfriar enterradas en la nieve, y decidimos que a la vuelta comeremos aquí. Hay una llamativa pala helada que sale para arriba y a la que además, conducen los hitos que a tal efecto se encuentran por allí. Remontamos la pala helada y salimos, ahora sí, al Lac de Lurien. Parcialmente helado, con aguas de un azul oscuro y encajonado entre paredes llenas de nieve, me parece bellísimo. Lo rodeamos por la izquierda, viendo en todo momento el Lurien arriba, con una pala helada de longitud respetable, y ante la que no intuyo la dureza que luego experimentaré al subirla. Paramos a ponernos los crampones para la parte final de la ascensión. Primero habrá que hacer una travesía por la inclinada ladera que nos conducirá a la entrada de la pala final. Desde ahí, hasta la cima vendrá lo más exigente de la jornada. Vemos que los últimos metros no tienen nieve, y buscamos con la vista dónde acceder a la cresta cimera de forma más cómoda. Pensamos que la parte izquierda en el ascenso puede ser la indicada. Tras beber y comer unos frutos secos, nos disponemos a apechugar con esta parte final. La pala es larga, exigente. Llevamos desnivel y tiempo como para acusar un poco de fatiga ya. Pero eso no es lo peor. Lo peor son las zonas sin nieve de arriba que alternan con otras de nieve. Con los crampones puestos, remontar esas zonas de roca y grava, se hace entre otras cosas, desagradable. No podemos descalzar crampones porque siguen alternándose las rocas y la nieve. Se elija atravesar esta parte por dónde se elija, el problema será el mismo. Baja un francés y nos confirma que lo mejor es entrar por un pasillo de nieve por la izquierda, ya que por las otras alternativas, hay además trepadas. Tras sufrir de lo lindo para atravesar esta parte, llegamos a la altura donde acaba la nieve. Descalzamos crampones y dejamos el piolet también para recogerlos cuando bajemos. Vamos siguiendo hitos en pos de la cresta cimera. Calculo que la alcanzamos en unos 15 mins. Por fin ganamos la cresta. Lo primero que vemos es el Palas y el Balaitus y Frondellas, con el lago de Artouste abajo. El panorama es de lo mejorcito que he visto en Pirineos. Recorremos la cresta, que no tiene dificultad y llegamos a la cima. Hemos tardado 4 h y 30 mins. Nos tomamos un respiro. Beber, comernos unas galletas, hacernos fotos y flipar un rato es lo que hacemos ahí arriba. Estamos unos 15 mins. Nos hubiera gustado comer en la cima, porque sin viento y con temperatura como para no ponernos ni el forro, se estaba de cine. Pero hemos dejado las viandas en el lugar elegido para comer en el descenso y decidimos bajar. El descenso lo hacemos rapidísimo. Llegamos donde habíamos dejado los crampones y los piolets y los recogemos en la mochila. Sorteamos las zonas con nieve blanda hasta llegar a la pala nevada, donde volvemos a calzárnoslos. Bajamos la pala sobre nieve muy blanda, a ratos de espaldas ( yo ), a ratos de cara . Hacemos crampón esquí. Es muy rápido el descenso. Tanto que llegamos al Lac de Lurien en una hora. Esta vez lo rodeamos por la otra orilla, sin problemas, con sitio suficiente sobre la nieve como para sortearlo. Todo va bien hasta que la nieve cede bajo mis pies y me pego un baño. Meto la pierna derecha entera en el agua fresquita. Risas. Volvemos a la pala helada que nos dejará en el charco inferior donde nos esperan las bebidas. En el tiempo que hemos tardado en volver, han quedado desenterradas de la nieve. El deshielo es inexorable y muy acelerado. Buscamos una zona protegida del sol para comer. En la roca sobre el agua, hay una cavidad que nos servirá como hornacina para resguardarnos del sol, sentarnos y comer. Terminamos de comer, amenizados por un grupo que desciende la pala que sube hasta el Lac de Lurien, sin crampones. Lentos, inseguros y con riesgo a bajar de golpe no consiguen bajarla en todo el rato que estamos comiendo. Una vez que terminamos, volvemos a la marcha. Ya sólo se tratará de desandar el camino, llegar al bosque, atravesarlo de nuevo y llegar al coche. Lo hacemos a las 16 h. en punto. Han sido 8 horas de exigencia y estamos cansados, pero muy satisfechos de haber podido ascender por fin esta preciosa montaña. En fin, esto es todo, creo…. Gracias por leerme y hasta otra.