Punto de Partida : Balneario de Panticosa a 1.636 msnm
Pico Baciás : 2.760 msnm
Tiempos y desnivel : 5 h 15 mins. Para 1.124 mtrs de desnivel.
Organizaba esta ascensión el Club de Montaña de Calahorra, y como nunca he salido con ellos, y el objetivo me parecía atractivo, decido unirme a ellos, pero esperándolos en el Balneario en vez de viajar desde las 6 de la mañana en autobús con todos.
Total que tras una hora de espera allí, aprovechando para estirar un poco y aburrirme otro poco, llegan y entre pitos y flautas no echamos a andar hasta las 10 de la mañana los 60 integrantes del Club que vamos a hacer la ascensión.
Se toman unas escaleras situadas en el lugar opuesto a donde está el refugio Casa de Piedra y pronto comienza el sendero que en continuas lazadas supera la cubeta donde se halla todo el complejo de Baños de Panticosa. El macizo de Argualas está presente a nuestra espalda en todo ese tramo. Se muestra precioso con la última nieve que le queda antes del deshielo completo del verano.
Salimos después a terreno más despejado desde donde vemos ya el punto de inicio muy abajo ya. Las sensaciones son buenas y el día es de lo mejorcito que podría. No sólo el sol, sobre todo la nitidez de la atmósfera que nos permite ver con claridad hasta los macizos lejanos de Tendeñera y Partacúa.
Pronto llegamos a una pedrera, la primera del día y que atravesaremos hasta llegar prácticamente hasta el ibón represado de Brazato. Aquí hacemos la primera parada los que encabezamos la ascensión. Nos habrá costado 1 hora y media llegar. Me como un plátano y bebo agua. Alguno se refresca en el ibón y hasta se echa un cigarrito.
Tras 15 minutos reemprendemos la marcha. Desde aquí vemos la cima lejana y me hago un cálculo de que en otro tanto podemos estar arriba. Podríamos haber subido bordeando el ibón la izquierda o, como hicimos nosotros, buscar un collado próximo que nos dejará en la otra vertiente para alcanzar la cima por la cara opuesta a la que vemos.
El tramo que superamos para alcanzar ese collado se hace durillo, hasta llegar a un pequeño descansillo. Desde ahí se supera menos desnivel y llegamos a los ibones altos de Brazato. En un flanqueo sobre rocas y nieve blanda y escasa, salimos ante el IMPRESIONANTE macizo de Vignemale.
Con la cima a la vista, a la derecha del Vignemale y naturalmente más cerca, sólo nos separan de ellas dos últimos obstáculos sin mayor dificultad. Una travesía sobre nieve blanda y pendiente a nuestra izquierda de poca inclinación y después la última parte de rocas hasta alcanzar la cima y donde las piernas sufren de lo lindo ya…
Calzamos crampones para atravesar el nevero, sobre todo porque después de acarrearlos , sería estúpido no ponérselos, más que por verdadera necesidad…y cruzamos.
Tras cruzar, paramos a quitárnoslos de nuevo y ya sólo queda salvar la pedrera y alcanzar la cima. Lo hacemos en mi caso en 2 h y 50 minutos.
Las vistas desde esta montaña y el pedazo de día que hace nos permite observar a los 18 que estamos ahí el Vignemale desde muy cerca. Pero también todo el macizo de Monte Perdido, y las Sierras de Tendeñera y Partacúa y por supuesto todo el macizo de Infiernos – Argualas.
Reponemos fuerzas comiendo y bebiendo y comienza el carrusel de fotos. Se hace foto del grupo también para la web del Club.
Calculo que estaríamos entre 15 y 20 minutos y decidimos bajar. Como alguno no llevaba crampones, decidimos variar el descenso haciéndolo por la otra vertiente que va hasta el ibón represado de Brazato, sin pasar por los ibones superiores. Un poco como las cabras, buscándose cada uno la vida por el sitio que más le gusta llegamos todos al ibón.
Aquí el grupo hace una parada lúdica, para remojarse por partes o algo más en el Brazato. Yo, decido continuar en solitario y bajar a reunirme con mi mujer y mi hija en Sallent de Gállego.
En 5 horas y 15 minutos estoy en el coche, en el Balneario de Panticosa de nuevo.
Pues esto es todo. Gracias por leerme y hasta
Organizaba esta ascensión el Club de Montaña de Calahorra, y como nunca he salido con ellos, y el objetivo me parecía atractivo, decido unirme a ellos, pero esperándolos en el Balneario en vez de viajar desde las 6 de la mañana en autobús con todos.
Total que tras una hora de espera allí, aprovechando para estirar un poco y aburrirme otro poco, llegan y entre pitos y flautas no echamos a andar hasta las 10 de la mañana los 60 integrantes del Club que vamos a hacer la ascensión.
Se toman unas escaleras situadas en el lugar opuesto a donde está el refugio Casa de Piedra y pronto comienza el sendero que en continuas lazadas supera la cubeta donde se halla todo el complejo de Baños de Panticosa. El macizo de Argualas está presente a nuestra espalda en todo ese tramo. Se muestra precioso con la última nieve que le queda antes del deshielo completo del verano.
Salimos después a terreno más despejado desde donde vemos ya el punto de inicio muy abajo ya. Las sensaciones son buenas y el día es de lo mejorcito que podría. No sólo el sol, sobre todo la nitidez de la atmósfera que nos permite ver con claridad hasta los macizos lejanos de Tendeñera y Partacúa.
Pronto llegamos a una pedrera, la primera del día y que atravesaremos hasta llegar prácticamente hasta el ibón represado de Brazato. Aquí hacemos la primera parada los que encabezamos la ascensión. Nos habrá costado 1 hora y media llegar. Me como un plátano y bebo agua. Alguno se refresca en el ibón y hasta se echa un cigarrito.
Tras 15 minutos reemprendemos la marcha. Desde aquí vemos la cima lejana y me hago un cálculo de que en otro tanto podemos estar arriba. Podríamos haber subido bordeando el ibón la izquierda o, como hicimos nosotros, buscar un collado próximo que nos dejará en la otra vertiente para alcanzar la cima por la cara opuesta a la que vemos.
El tramo que superamos para alcanzar ese collado se hace durillo, hasta llegar a un pequeño descansillo. Desde ahí se supera menos desnivel y llegamos a los ibones altos de Brazato. En un flanqueo sobre rocas y nieve blanda y escasa, salimos ante el IMPRESIONANTE macizo de Vignemale.
Con la cima a la vista, a la derecha del Vignemale y naturalmente más cerca, sólo nos separan de ellas dos últimos obstáculos sin mayor dificultad. Una travesía sobre nieve blanda y pendiente a nuestra izquierda de poca inclinación y después la última parte de rocas hasta alcanzar la cima y donde las piernas sufren de lo lindo ya…
Calzamos crampones para atravesar el nevero, sobre todo porque después de acarrearlos , sería estúpido no ponérselos, más que por verdadera necesidad…y cruzamos.
Tras cruzar, paramos a quitárnoslos de nuevo y ya sólo queda salvar la pedrera y alcanzar la cima. Lo hacemos en mi caso en 2 h y 50 minutos.
Las vistas desde esta montaña y el pedazo de día que hace nos permite observar a los 18 que estamos ahí el Vignemale desde muy cerca. Pero también todo el macizo de Monte Perdido, y las Sierras de Tendeñera y Partacúa y por supuesto todo el macizo de Infiernos – Argualas.
Reponemos fuerzas comiendo y bebiendo y comienza el carrusel de fotos. Se hace foto del grupo también para la web del Club.
Calculo que estaríamos entre 15 y 20 minutos y decidimos bajar. Como alguno no llevaba crampones, decidimos variar el descenso haciéndolo por la otra vertiente que va hasta el ibón represado de Brazato, sin pasar por los ibones superiores. Un poco como las cabras, buscándose cada uno la vida por el sitio que más le gusta llegamos todos al ibón.
Aquí el grupo hace una parada lúdica, para remojarse por partes o algo más en el Brazato. Yo, decido continuar en solitario y bajar a reunirme con mi mujer y mi hija en Sallent de Gállego.
En 5 horas y 15 minutos estoy en el coche, en el Balneario de Panticosa de nuevo.
Pues esto es todo. Gracias por leerme y hasta
