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miércoles, 22 de agosto de 2018

AGUJA DE ARNALES : 3.032 MTRS Y ARNALES : 3.006 MTRS

BAÑOS DE PANTICOSA : 1.636 msnm AGUJA DE ARNALES : 3.038 msnm ARNALES : 3.006 msnm DESNIVEL ACUMULADO : 1.500 mtrs. en 7 h. y 40 minutos con paradas incluidas. Gran jornada de montaña, por todas y cada una de las cosas que hacen que no pueda ser de otra manera. Los dos picos ascendidos, sobre todo la Aguja de Arnales nos encantaron. El día soleado toda la jornada pero con una temperatura fresca y hasta fría a partir del collado de Saretas. La atmósfera tan clara que era un deleite desde ambas atalayas escudriñar el horizonte hacia los cuatro puntos cardinales y reconocer picos y picos, ibones, macizos… Todo empieza a las 8,10 h de la mañana en Baños de Panticosa, donde echamos a andar bosque arriba, camino de la Malata Baja. Como siempre lo hacemos por la sendita que desde el templete con fuente, va remontando el camino hasta la Malata Baja. Una vez en esta, veremos ya el Garmo Negro y la Aguja de Pondiellos y Argualas. Senda clara en constante subida en pos de superarla y llegar después a la Malata Alta. Bastante gente, la gran mayoría hacia Garmo y Argualas. Salvo una breve parada para quitarnos el forrillo y beber, no paramos para nada. Llegamos a la Malata Alta. El terreno va cambiando progresivamente para entrar en terreno de pedrera de tamaño cada vez mayor. Tenemos el collado de Pondiellos a la vista a las 10,30 h. El problema es el enorme nevero que lo recubre desde mucho más abajo. La nieve está muy dura y no llevamos material. Decidimos atravesarlo con mucho cuidado y remontar por la otra vertiente del barranco, tras salvar también la rimaya que en algunos tramos tendrá un metro de altura. Todo esto nos ralentiza bastante ya que el nevero, con la inclinación que tiene requiere precaución, y luego hasta coger una trocha buena, penamos por terreno muy incómodo. Al fin llegamos al collado de Pondiellos. Los ibones siempre llaman la atención. Son un lugar único e inolvidable, y decidimos que comeremos ahí a la vuelta de las cimas. Para ello, enterramos las bebidas isotónicas en un pequeño nevero y ponemos el bocata al solete. Nos sentamos en unas enormes rocas, donde luego también comeremos, y bebemos agua y comemos unas piezas de fruta. Sin más, salimos para el collado de Saretas. La travesía hasta allí siempre será incómoda, pero si se siguen bien los hitos que resisten en pie y los rastros de paso, llegaremos al collado mucho más cómodamente que a pelo. Llegamos al collado y balcón hacia los ibones Azules. Vistas maravillosas. Como la visión del arranque de la cresta que realmente impresiona. Convenimos que si la arista se pone demasiado difícil, o que el terreno es confuso y poco fiables los agarres, nos la envainaremos. Afortunadamente no es así. La cresta impresiona, pero el terreno es bastante bueno, se progresa de manera fiable y no nos presenta problemas. Llegamos a la cima de la Aguja de Arnales. Han sido unas 4 horas. Sinceramente flipamos un buen rato. Las vistas son infinitas y el panorama realmente impresionante. Hacemos un montón de fotos hacia todos lados. Exultantes. Al rato, decidimos ir en pos del Arnales. Bajamos borrando nuestras huellas prácticamente hasta el collado de nuevo. Arrancamos ahora la arista del Arnales. Mucho más fácil que la anterior, la remontamos en unos minutos y llegamos a su cima. Nuevos panoramas se abren desde aquí, con el ibón de Arnales debajo de nosotros, y vemos baños de Panticosa desde la cima. Otro montón de fotos y tras unos minutos decidimos ir a por el bocadillo porque estamos hambrientos. Atravesaremos en sentido contrario toda esa fea gravera hasta el collado de Pondiellos, para desenterrar las bebidas y comer. Llegamos y procedemos. Gran bocadillo de escabechados de El Sitio, en Sallent. Gracias Luis. El resto es cruzar el collado de Pondiellos y descender ambas Malatas y el bosque hasta Baños. Como siempre se hace bastante pesado el descenso, pero es lo que hay. Llegamos a Baños y fin. Lo de la Aguja es una agradable sorpresa. Como nos ocurrió en el Garmo Carnicero. Son montañas que te dan mucho más de lo que inicialmente esperas de ellas. Y esto es todo, creo. Como siempre muchas gracias por leerme y hasta pron

lunes, 16 de julio de 2018

ANETO :3.404 MTRS - AGUJA DAVIÚ : 3.350 MTRS - PUNTA OLIVERAS : 3.298 MTRS.

Ascensión en cresta al Aneto, Aguja Daviú y Punta Oliveras. PRIMER DIA : La Besurta………..1.918 msnm………………..La Renclusa………..2.140 msnm : 40 mins. Para 222 metros de desnivel. SEGUNDO DIA : Pico Aneto……..3.404 msnm……..Aguja Daviu…..3.350msnm………Punta Oliveras…….3.298 msnm. Desnivel acumulado aprox………..1.300 metros en 8 h. 15 mins. Descenso total : 1.522 metros en 9 horas. Llegamos a Benasque la víspera, día 13 de julio, sin otro quehacer que buscar un sitio para comer y sin prisa alguna después sobre las 17,30 h coger el coche y subir hasta el aparcamiento que hay antes del hospital de Llanos donde para el autobús que recoge para ir hasta la Besurta. No tenemos que esperar porque el autobús está ahí y en un momento nos subimos y nos lleva hasta la Besurta. Emprendemos el camino hasta el refugio. Son algo más de 200 metros de desnivel que hacemos en 35 minutos. Hace bastante calor a pesar de estar semi nublado. Vemos una larga fila multicolor pero uniformemente equipados ( son 37…los conté ), y nos hace pensar que serán algún club de montaña. Cuando les damos alcance, ya casi en el refugio nos aclaran que son Scouts. Por fortuna, semejante grupo, no pernoctará en el refugio, sino que van a acampar en el ibón de Paderna. Tras anunciar nuestra llegada a los guardas, y hacer un poco de tiempo nos llaman para cenar a las 19 h. Cenamos y pronto nos vamos a la cama porque hay que madrugar bastante. Nos dormimos sobre las 22 h. Antes del amanecer, a las 4h 45 mins, nos levantamos. El primer desayuno es a las 5 h y nos apuntamos. A las 5 h 30 mins ya estamos empezando a caminar en pos del Portillón. Subimos bastante gente, a la luz de los frontales. No comienza a clarear hasta la altura del ibón de Paderna más o menos. A mitad de esta subidita, cuando llevamos cerca de una hora, empieza la nieve. Paramos en unas rocas a poner crampones para remontar la segunda mitad de esta pala, que nos conduce al Portillón, donde llegamos a las 2 horas clavadas desde el refugio. La nieve incluso a estas horas está blanda, pero se progresa mucho mejor con los crampones. Atravesamos el Portillón y bajamos al glaciar. Al haber sido este un año de bastante nieve, el glaciar presenta mejor aspecto que cuando lo vi por primera vez en 2013. No hay más que coger una de las dos huellas directas hacia el Aneto. Progresamos por la superior. Entre lo trillado del camino y la nieve pescadería tan blanda, creo que hasta sin crampones se atravesaría esta parte del glaciar sin problema. Seguimos hacia adelante, hacemos alguna paradita para retomar el resuello y hacer alguna foto. Llegamos a la base del Aneto, a la altura del collado de Coronas. Sólo llevamos por delante a dos montañeros, lo que nos impulsa a esforzarnos un poquito y evitar aglomeraciones en el paso de Mahoma. Llegamos arriba y paramos a quitarnos los crampones para pasar el famoso paso de Mahoma. Comienzo a pasar y Pol me sigue. Qué poca gente hay aún, qué bien. Lo atravesamos y llegamos a la cima. Son las 9,40 h de la mañana. Nos felicitamos por la cima, segunda vez para mi, y la primera para Pol, por lo que seguro está tan contento. Pedimos que nos hagan una foto a los chicos que han llegado poco antes. Nos asomamos hacia la vertiente de Coronas, la cresta de Llosás. Vemos alguno de los ibones de Coronas, y sabemos que descendiendo hacia la evidente Torre de roca que hay abajo, hacia la salida del corredor Estasen, llegaremos a la Aguja Daviú. Es una cima secundaria, un tresmil sin mayor interés que sumarlo a la lista, y también para disfrutar de vistas más aéreas y espectaculares. Hacemos cima en la Aguja en menos de 10 minutos. Nos hacemos unas fotos y tampoco perdemos mucho más tiempo ahí. Dudamos si ir hasta la Aguja Escudier, que está algo más lejos y tiene un terreno algo más comprometido o volver al Aneto y llegarnos hasta la Punta Oliveras y almorzar allí. Optamos por volver. Buena elección porque al regresar a la cima del Aneto, no hay absolutamente nadie, y gozamos del privilegio de estar sólos alrededor de 5 minutos. Hay que volver a cruzar el paso de Mahoma y ahora sí que se ha montado ya el mogollón. Unas 25 o 30 personas para cruzar, entre ellos dos grupos encordados de 6 personas y el guía que los ayuda y anima para cruzar. El primer grupo cruza. Despacio y muy vigilados por el guía. Detrás viene más gente y por último el segundo grupo guiado, similar al primero. Entre la gente intermedia, algunos se paran a hacerse fotos y paralizan el paso. El guía que espera para volver igual que nosotros les grita que “ el paso no es para hacer el payaso”, lo que inicia un “cruce de declaraciones” entre unos y otros. Tras unos 15 minutos, por fin nos toca a nosotros, lo atravesamos de nuevo y nada más salir de ahí nos sentamos a poner los crampones de nuevo, en el mismo sitio donde nos los hemos quitado hace un rato. Nos dirigimos ahora a la cercana y facilona cima de la Punta Oliveras. Descendemos hasta su base y remontamos la ladera con nieve y pedregosa después, para hacer cima antes de las 11 de la mañana. Imposible que se pueda estar mejor. Al solete, sentados cómodamente, almorzamos sendos bocadillos de chorizo del paquete del refugio, Nos hidratamos y nos damos crema de nuevo. Es tan temprano aún que nos tomamos con calma el volver. Esta cima, secundaria también, tiene el interés de las vistas que ofrece hacia el Aneto y las Agujas Daviú y Escudier. Una de las fotografías mentales que me traigo más grabadas. Tras el descanso, volvemos al glaciar. Hay mucha gente por todas partes. Se ve la larga cola para atravesar el paso de Mahoma, el glaciar está lleno de grupos más o menos numerosos que se dirigen la mayoría al Aneto, y algunos que ya vuelven. Una vez sobre la nieve iniciamos el camino de vuelta al Portillón. Llegamos sin mayores preocupaciones que disfrutar de las vistas del cresterío superior, y de la del glaciar en general, al Portillón otra vez. Lo que queda es descender hasta el refugio. Es este descenso la parte más dura físicamente de toda la jornada. Lo mejor es atravesar por la parte más alta al salir del Portillón para llegar hasta las nevadas laderas por donde hemos subido esa mañana. Si intentamos bajar directamente nos meteremos en terreno más complicado y rocoso. Nos quedaremos cortados casi con seguridad. Nosotros decidimos volver a remontar como digo, hasta la parte superior para cruzar después en diagonal hasta la vía correcta. Bajamos la primera parte, la que tiene nieve pescadería, rapidísimo. Lo del crampón esquí cada día me gusta más. Nos plantamos en un rato en la zona donde pusimos crampones esta mañana, y aún apuramos más , para quitárnoslos definitivamente. El resto hasta el refugio, ya sin nieve, se hace más tortuoso. Pero se llega. Nosotros lo hacemos 8 h y 15 minutos después de salir esta mañana. Son las 13,45 h. Vamos sin agua desde hace ya un par de horas así que bebemos abundantemente en la Renclusa y llenamos bidones. Pagamos la cuenta, recogemos el resto de nuestras cosas de las taquillas y sacamos el segundo bocadillo del paquete pic nic. Pedimos un par de latas de cerveza y repostamos. Tras todas esas cosas, unos 30 minutos más tarde, reemprendemos el descenso, de lo que nos queda hasta La Besurta. No nos llevará más de 30 minutos llegar. Como el día anterior, el autobús está ahí. El servicio de autobuses es constante, funciona bien. Bajamos a Benasque dónde tenemos una habitación para dormir a pierna suelta, no sin antes cenarnos un chuletón como dios manda. En definitiva, un par de jornadas de montaña en las que hemos disfrutado como siempre, mucho. Y nada más que contar, gracias por leerme y hasta pronto.