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martes, 13 de junio de 2017

MONTE PERDIDO : 3.355 MTRS

Ascensión a Monte Perdido desde el parking de la Pradera de Ordesa. Desniveles y tiempos : DIA 1 : Parking 1.300 msnm hasta Góriz a 2.200 msnm : 900 m desnivel en 3 h y 20 min. DIA 2 : Ascensión hasta la cima a 3.355 msnm y bajada a Góriz : 6 h : 1.155 mtrs desnivel Parada en Góriz para comer : 45 min. Posterior descenso al Parking : 2 h. y 50 min. Con un desnivel negativo de 2.055 mtrs. TOTAL DIA 2 : 8 h y 50 min. en movimiento. DIA 1. Llegamos a Torla pasando por Biescas y subimos hasta el parkin de la Pradera ya que aún estamos en fechas de poder subir con el coche. Comemos una tortilla de patata que traemos de casa y después nos preparamos para empezar a patear. Son las 13,30 h cuando lo hacemos. El camino empieza de forma suave y el paisaje es una maravilla, con lo que se va disfrutando. Se pasa cerca de la cascada de Arripas y el puente del mismo nombre. Vamos ganando altura muy poco a poco, el camino es tendido. Algo después pasamos y vemos la cascada de la Cueva, impresionante y más arriba la cascada del Estrecho. El día es caluroso y sabemos que tenemos unas 3h y media hasta el refugio ( 4 h según las estimaciones mayoritarias ). Salvo paraditas para hacer fotos y disfrutar de las cascadas y del paisaje en general, llegamos hasta las gradas de Soaso, sin tregua, pero sin pausa. Son un lugar que impresiona por su belleza, y sobre todo con la enorme cantidad de agua que baja en estas fechas. Así, nos plantamos en el inicio del Circo de Soaso, con un cartel que así lo anuncia y señala una altitud de 1.700 msnm. Aquí, nos encontramos con el empedrado camino que conduce hasta la cascada de Cola de Caballo, que cierra el circo, y que para superar el paredón de cierre, nos ofrece dos alternativas. Bien por la senda de las zetas, más largo y anodino, bien por las clavijas de Soaso. En las proximidades de la Cola de Caballo, multitud de gente, familias enteras pasando la jornada en este lugar de ensueño. Llevamos 2 horas. Llegamos al arranque de las clavijas, junto a una cueva de poca profundidad pero enorme alzado. Nos encaramamos al primer tramo y las superamos con facilidad. Yo diría que la cadena no sería necesaria, aunque facilita mucho las cosas. Me atrevería a decir que son muy fáciles de superar, aunque ya sabemos que esa es una cuestión muy personal. Salimos al llano superior. A nuestra izquierda, queda una cascada tremenda, para mí la más bonita de todas, vemos también un sarrio descarado y cuando la cosa ya se va poniendo un poco larga, divisamos el refugio. Llegamos. DIA 2. Nos levantamos y tras leve aseo y desayunar cogemos las mochilas, preparadas desde la noche anterior y salimos para el Perdido. La primera hora se hace exigente, y así, sudando la gota gorda nos dirigimos al Cuello del Cilindro. La nieve empieza una hora después de empezar, más o menos. Al principio se puede sortear, siendo más abundante paulatinamente. Con el cuello del Cilindro como punto en el horizonte al que dirigirse, vamos ganando metros. Antes de llegar al gran muro de piedra que defiende el paso hacia arriba, paramos a ponernos los crampones y así, buscando pasar por nieve en todo momento, superamos el muro y continuamos. Ya vemos la primera vez la Escupidera y un montañero en ella, currándosela . Cuando iniciamos nosotros la enorme pala nos lo cruzamos y es un montañero que estaba en el refugio. Acabamos de salir del Lago Helado y él ya está en el mismo punto tras hacer cima. Nos comenta que la nieve está blanda y que hay huella clara. Que las condiciones son ideales para superarla y hacer cima. Así que tras parar en el Helado para tomarnos una manzana y un zumo y cruzarnos con este montañero y ese leve intercambio de impresiones, tiramos para arriba con una enorme ilusión de coronar este gigante que se muestra espectacular hoy. El primer tramo es tieso realmente, sobre todo sus últimos metros. Después desembocamos en la Escupidera propiamente dicha. Poco a poco la vamos remontando. Realmente tiesa y con la caída a la derecha es espectacular. En efecto, la nieve está blanda y más que lo va a estar a la bajada, ya que ahora aún no le da el sol, y la huella es ciertamente cómoda. No me dio sensación inquietante, no tuve sensación de exposición en todo su ascenso. Pol me confiesa que él sí la tuvo. Así, sin parar más que para coger aire de vez en cuando, llegamos a la zona donde ya pega el sol. Remontamos estos últimos metros y salimos a la digamos antecima del Perdido, desde el que contemplamos el lago de Marboré, helado por completo, y la brecha de Tucarroya. Un pequeño empujón más y llegamos a la cima de este Montañón, cuyo vértice geodésico se encuentra unos 2 metros por debajo de la nieve que aún acumula la montaña. 3 horas y 30 minutos. A la vez que nosotros, llegan unos navarros de Los Arcos, que nos harán la foto cimera. Estamos no más de 15 minutos en la cima y en ese ratito me da tiempo para enganchar una punta del crampón en el pantalón y casi me doy la gran ostia. No sé cómo consigo mantenerme en pie. Los navarros tampoco. Tras hacer alguna foto nos vamos para debajo de nuevo. La Escupidera vista desde arriba es impresionante. Hay un rosario de gente a lo largo de toda ella subiendo. Me alegro de ser más madrugador, y de que hayamos hecho cima casi los primeros hoy. Vamos bajando con atención y dejando pasar a los que suben. Disfrutamos del descenso y de las vistas que nos ofrece del Cilindro, imponente. Llegamos de nuevo al Lago Helado y volvemos a parar un ratito para beber y tomar unos frutos secos. Al reemprender el descenso me vuelvo a enganchar el crampón en el pantalón y me caigo sin otra consecuencia que un bastón que se parte por la mitad. Tiramos para abajo, con la intención de comernos una ensalada de pasta que llevamos en el paquete de comida de Góriz, con una cervecita en el propio refugio. Atravesamos neveros, descendemos el muro de roca, hacemos un destrepe para evitar una nada fiable rimaya de un nevero y nos cruzamos con un par de descaradas marmotas. Mirando hacia el Cilindro, vemos que el tiempo se ha estropeado mucho, con nubarrones cubriendo la zona. Segunda vez que me alegro de haber madrugado más. Finalmente, 6 horas después de salir esta mañana llegamos a Góriz; son las 13 h. En 45 minutos comemos, recogemos el resto de cosas que tenemos en la taquilla y nos ponemos ropa más ligera porque hace calor; liquidamos la cuenta y sin entretenernos más, salimos para abajo. Si nos costó 3h y 20 minutos hacer este trecho en el ascenso, habrá que ver cuánto nos cuesta descenderlo. Vamos tranquilos, pero sin parar para nada. Llegamos de nuevo a las clavijas, que son algo más complicadillas para bajarlas que para subirlas y nos plantamos encima de la Cola de Caballo. Bajamos hasta la pasarela junto a la cascada y tiramos circo de Soaso adelante en sentido contario que ayer. Muchísima gente por aquí, y enorme rebaño de vacas que pasta tranquilo. El resto es desandar todo el camino que subimos el día anterior, pasando por las Gradas de Soaso, las cascadas antes nombradas y atravesar el hayedo y el pinar para llegar 2 h y 50 minutos después al parkin. Hemos invertido 8 h 50 minutos en ello. El desnivel negativo de 2.055 metros tiene lo suyo. Qué decir del Perdido ¿? Montaña muy populosa, con muchos montañeros que intentan su ascenso, pero que desde que sales de la pradera no decepciona en absoluto. Me gustaría decir que sin intentar erigirme en ningún gurú del montañismo español, las cosas que oímos la noche anterior en el refugio hizo que tanto Pol como yo, decidiéramos salir los primeros o casi del refugio para la cima. Y es que los problemas hay que evitarlos. La guarda del refugio explicaba a un grupo de 5 chicos y una chica que se necesitan crampones y piolet para subir porque hay todavía mucha nieve y la Escupidera puede ser como todos sabemos, una zona mortal. Uno de ellos aseguraba ufano que si la nieve está blanda no hacen falta los pinchos, El otro le preguntaba que para qué sirve el piolet y a un tercero le enseñaba fotos de las que adornan las paredes del refugio, porque no había visto la Escupidera ni en foto ni sabía de qué iba eso. A otros les alquilaban crampones y piolets y estos entre risas aseguraban no haberse puesto nunca unos…en fin… no me parece de recibo. Por lo demás, toda esta zona de Ordesa es fantástica, y ascender el Perdido una pasada. Gracias por leerme y hasta otra.