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lunes, 16 de julio de 2018

ANETO :3.404 MTRS - AGUJA DAVIÚ : 3.350 MTRS - PUNTA OLIVERAS : 3.298 MTRS.

Ascensión en cresta al Aneto, Aguja Daviú y Punta Oliveras. PRIMER DIA : La Besurta………..1.918 msnm………………..La Renclusa………..2.140 msnm : 40 mins. Para 222 metros de desnivel. SEGUNDO DIA : Pico Aneto……..3.404 msnm……..Aguja Daviu…..3.350msnm………Punta Oliveras…….3.298 msnm. Desnivel acumulado aprox………..1.300 metros en 8 h. 15 mins. Descenso total : 1.522 metros en 9 horas. Llegamos a Benasque la víspera, día 13 de julio, sin otro quehacer que buscar un sitio para comer y sin prisa alguna después sobre las 17,30 h coger el coche y subir hasta el aparcamiento que hay antes del hospital de Llanos donde para el autobús que recoge para ir hasta la Besurta. No tenemos que esperar porque el autobús está ahí y en un momento nos subimos y nos lleva hasta la Besurta. Emprendemos el camino hasta el refugio. Son algo más de 200 metros de desnivel que hacemos en 35 minutos. Hace bastante calor a pesar de estar semi nublado. Vemos una larga fila multicolor pero uniformemente equipados ( son 37…los conté ), y nos hace pensar que serán algún club de montaña. Cuando les damos alcance, ya casi en el refugio nos aclaran que son Scouts. Por fortuna, semejante grupo, no pernoctará en el refugio, sino que van a acampar en el ibón de Paderna. Tras anunciar nuestra llegada a los guardas, y hacer un poco de tiempo nos llaman para cenar a las 19 h. Cenamos y pronto nos vamos a la cama porque hay que madrugar bastante. Nos dormimos sobre las 22 h. Antes del amanecer, a las 4h 45 mins, nos levantamos. El primer desayuno es a las 5 h y nos apuntamos. A las 5 h 30 mins ya estamos empezando a caminar en pos del Portillón. Subimos bastante gente, a la luz de los frontales. No comienza a clarear hasta la altura del ibón de Paderna más o menos. A mitad de esta subidita, cuando llevamos cerca de una hora, empieza la nieve. Paramos en unas rocas a poner crampones para remontar la segunda mitad de esta pala, que nos conduce al Portillón, donde llegamos a las 2 horas clavadas desde el refugio. La nieve incluso a estas horas está blanda, pero se progresa mucho mejor con los crampones. Atravesamos el Portillón y bajamos al glaciar. Al haber sido este un año de bastante nieve, el glaciar presenta mejor aspecto que cuando lo vi por primera vez en 2013. No hay más que coger una de las dos huellas directas hacia el Aneto. Progresamos por la superior. Entre lo trillado del camino y la nieve pescadería tan blanda, creo que hasta sin crampones se atravesaría esta parte del glaciar sin problema. Seguimos hacia adelante, hacemos alguna paradita para retomar el resuello y hacer alguna foto. Llegamos a la base del Aneto, a la altura del collado de Coronas. Sólo llevamos por delante a dos montañeros, lo que nos impulsa a esforzarnos un poquito y evitar aglomeraciones en el paso de Mahoma. Llegamos arriba y paramos a quitarnos los crampones para pasar el famoso paso de Mahoma. Comienzo a pasar y Pol me sigue. Qué poca gente hay aún, qué bien. Lo atravesamos y llegamos a la cima. Son las 9,40 h de la mañana. Nos felicitamos por la cima, segunda vez para mi, y la primera para Pol, por lo que seguro está tan contento. Pedimos que nos hagan una foto a los chicos que han llegado poco antes. Nos asomamos hacia la vertiente de Coronas, la cresta de Llosás. Vemos alguno de los ibones de Coronas, y sabemos que descendiendo hacia la evidente Torre de roca que hay abajo, hacia la salida del corredor Estasen, llegaremos a la Aguja Daviú. Es una cima secundaria, un tresmil sin mayor interés que sumarlo a la lista, y también para disfrutar de vistas más aéreas y espectaculares. Hacemos cima en la Aguja en menos de 10 minutos. Nos hacemos unas fotos y tampoco perdemos mucho más tiempo ahí. Dudamos si ir hasta la Aguja Escudier, que está algo más lejos y tiene un terreno algo más comprometido o volver al Aneto y llegarnos hasta la Punta Oliveras y almorzar allí. Optamos por volver. Buena elección porque al regresar a la cima del Aneto, no hay absolutamente nadie, y gozamos del privilegio de estar sólos alrededor de 5 minutos. Hay que volver a cruzar el paso de Mahoma y ahora sí que se ha montado ya el mogollón. Unas 25 o 30 personas para cruzar, entre ellos dos grupos encordados de 6 personas y el guía que los ayuda y anima para cruzar. El primer grupo cruza. Despacio y muy vigilados por el guía. Detrás viene más gente y por último el segundo grupo guiado, similar al primero. Entre la gente intermedia, algunos se paran a hacerse fotos y paralizan el paso. El guía que espera para volver igual que nosotros les grita que “ el paso no es para hacer el payaso”, lo que inicia un “cruce de declaraciones” entre unos y otros. Tras unos 15 minutos, por fin nos toca a nosotros, lo atravesamos de nuevo y nada más salir de ahí nos sentamos a poner los crampones de nuevo, en el mismo sitio donde nos los hemos quitado hace un rato. Nos dirigimos ahora a la cercana y facilona cima de la Punta Oliveras. Descendemos hasta su base y remontamos la ladera con nieve y pedregosa después, para hacer cima antes de las 11 de la mañana. Imposible que se pueda estar mejor. Al solete, sentados cómodamente, almorzamos sendos bocadillos de chorizo del paquete del refugio, Nos hidratamos y nos damos crema de nuevo. Es tan temprano aún que nos tomamos con calma el volver. Esta cima, secundaria también, tiene el interés de las vistas que ofrece hacia el Aneto y las Agujas Daviú y Escudier. Una de las fotografías mentales que me traigo más grabadas. Tras el descanso, volvemos al glaciar. Hay mucha gente por todas partes. Se ve la larga cola para atravesar el paso de Mahoma, el glaciar está lleno de grupos más o menos numerosos que se dirigen la mayoría al Aneto, y algunos que ya vuelven. Una vez sobre la nieve iniciamos el camino de vuelta al Portillón. Llegamos sin mayores preocupaciones que disfrutar de las vistas del cresterío superior, y de la del glaciar en general, al Portillón otra vez. Lo que queda es descender hasta el refugio. Es este descenso la parte más dura físicamente de toda la jornada. Lo mejor es atravesar por la parte más alta al salir del Portillón para llegar hasta las nevadas laderas por donde hemos subido esa mañana. Si intentamos bajar directamente nos meteremos en terreno más complicado y rocoso. Nos quedaremos cortados casi con seguridad. Nosotros decidimos volver a remontar como digo, hasta la parte superior para cruzar después en diagonal hasta la vía correcta. Bajamos la primera parte, la que tiene nieve pescadería, rapidísimo. Lo del crampón esquí cada día me gusta más. Nos plantamos en un rato en la zona donde pusimos crampones esta mañana, y aún apuramos más , para quitárnoslos definitivamente. El resto hasta el refugio, ya sin nieve, se hace más tortuoso. Pero se llega. Nosotros lo hacemos 8 h y 15 minutos después de salir esta mañana. Son las 13,45 h. Vamos sin agua desde hace ya un par de horas así que bebemos abundantemente en la Renclusa y llenamos bidones. Pagamos la cuenta, recogemos el resto de nuestras cosas de las taquillas y sacamos el segundo bocadillo del paquete pic nic. Pedimos un par de latas de cerveza y repostamos. Tras todas esas cosas, unos 30 minutos más tarde, reemprendemos el descenso, de lo que nos queda hasta La Besurta. No nos llevará más de 30 minutos llegar. Como el día anterior, el autobús está ahí. El servicio de autobuses es constante, funciona bien. Bajamos a Benasque dónde tenemos una habitación para dormir a pierna suelta, no sin antes cenarnos un chuletón como dios manda. En definitiva, un par de jornadas de montaña en las que hemos disfrutado como siempre, mucho. Y nada más que contar, gracias por leerme y hasta pronto.